Aproximadamente hace 10.000 años, un nuevo ser humanoide apareció en el Océano Atlántico, con agallas para poder respirar bajo el agua; los verdaderos orígenes de este Homo Mermanus nos son desconocidos. Se teoriza acerca de que la capacidad de vivir bajo el agua pudo haber sido concedida a ciertos individuos por genetistas inhumanos o desviantes, ya que la teoría de una evolución natural de Homo Sapiens Sapiens a Homo Mermanus se caen por su propio peso. Las leyendas de los propios atlantes atribuyen a Neptuno su transformación de respiradores de aire a seres acuáticos. Durante milenios, las tribus de Homo Mermanus fueron nómadas, viajando a lo largo del Océano Atlántico, sustentándose mediante la pesca y la recolección, utilizando conchas de crustáceos enormes como viviendas en sus poblaciones temporales y desarrollando tan sólo las herramientas técnicas más elementales.
Finalmente, en torno a hace 8.000 años, las tribus submarinas descubrieron las ruinas de la antigua Atlantis, a las que ningún ser inteligente había accedido desde hacía más de 12.000 años. El príncipe de la Gente del Mar, como se hacían llamar estos nómadas, reclamó la espada de Kamuu, el último rey de Atlantis, y decidió instalarse allí, en donde comenzó a crecer la civilización atlante.
Aunque con el paso del tiempo Atlantis sufrió desastres naturales e invasiones de tribus bárbaras durante el siguiente milenio, tras cada envite Atlantis resurgía con mayor magnificencia. Aproximadamente 500 años después de la nueva Atlantis submarina, un grupo de Homo Mermanus abandonó el imperio atlante al descubrir que el cambio de eje de la Tierra haría inhabitables sus hogares polares.
Este grupo divergente fundó la ciudad de Lemuria en el Océano Pacífico. Debido a la influencia de la Corona Serpiente, un artefacto místico procedente de la antigua Lemuria desviante, sobre las aguas del Pacífico, las complexiones físicas de los habitantes de Lemuria se volvieron más reptilescas que sus antepasados atlantes. Aún así, no se les puede considerar una especie aparte del Homo Mermanus, si acaso, una subespecie. Estos cambios se acentuaron aún más a partir del siglo XV de nuestra era, cuando Naga (título concedido al gobernante único de los lemurios) adquirió la Corona Serpiente; Naga la utilizó para gobernar durante largos siglos a sus súbditos, con mano de hierro y crueldad absoluta.
Poco más nos es conocido de la historia de Atlantis entre la época de fundación de Lemuria y nuestra Edad Contemporánea, aunque se sabe que varias facciones atlantes fueron desterradas y obligadas a vivir como tribus bárbaras, en una de ellas nacería siglos más tarde el caudillo guerrero Attuma.
Los registros históricos de Atlantis, grabados en piedra hasta la relativa invención de una sustancia similar al papel desarrollada a partir de algas marinas, han sido aparentemente perdidos en las eras oscuras de la historia atlante. Las creencias atlantes indican que el dios Neptuno habitó entre ellos en forma mortal en algún momento de esta época, promoviendo su trabajo y enseñándole los dictados de su actual forma de vida.
A finales del siglo XVIII o principios del XIX, los atlantes encontraron refugios desviantes, a partir de los cuales pudieron desarrollar y aprender ciertos rudimentos de tecnología. Contemporáneamente a estos hechos, unos lemurios rebeldes robaron la Corona Serpiente de manos de Naga; a pesar de que esto causó que el despótico monarca de Lemuria envejeciese gradualmente, continuó gobernando con dureza sus territorios, con la ayuda de aquellos leales a su causa.
Medio siglo después, Atlantis fue atacada por una horda de bárbaros submarinos provenientes de la cercana provincia de Skarka. Aunque fueron capaces de rechazar la invasión, la ciudad sufrió graves daños. El emperador Thakorr, que ascendió al trono después de que el rey Immanu murió en batalla contra los bárbaros, decidió trasladar la capital del imperio atlante de su emplazamiento natural.
Así, guió a la población atlante hacia al sur, donde fundaron una nueva Atlantis no lejos del continente helado, la Antártida. Allí residieron en paz hasta la década de 1920, cuando un barco estadounidense fue enviado a la Antártida para crear un paso de los icebergs. La explosión de las cargas de profundidad sepultó la ciudad submarina, diezmando a su población (literalmente, ya que un décimo de la misma feneció).
Thakorr pidió a su hija Fen que liderase de un escuadrón de reconocimiento para investigar el ataque, pero ésta decidió realizar la tarea ella sola. Fen averiguó que el bombardeo no era en realidad un ataque, y se enamoró del capitán del barco, Leonard McKenzie. El estadounidense y la atlante pronto se casaron, pero gran parte de la tripulación de McKenzie fue asesinada por atlantes, que creían que Fen había sido secuestrada. Poco después, Fen dio a luz a Namor, el primer híbrido conocido entre ambas razas.
Namor, que poseía (entre otras) la habilidad de respirar tanto aire como agua, se convirtió en el primer emisario atlante al mundo de la superficie. En principio hostil hacia la raza de su padre, se unió con diversos héroes de la superficie para formar los Invasores. Ya en 1945, finalizada la Segunda Guerra Mundial, Namor se encontró con Paul Destine, un estadounidense que había desenterrado la Corona Serpiente; en un ejercicio de poder, Destine destruyó la cercana ciudad de Atlantis y dejó amnésico a Namor.
Así, durante décadas, los atlantes se vieron obligados a sobrevivir sin monarca alguno, ya que Thakorr y Fen habían muerto en el ataque de Destine y Namor se consideraba igualmente muerto o desaparecido. A principios de los 90, poco después de la formación de los 4 Fantásticos, uno de sus miembros, la Antorcha Humana ayudó a que Namor recuperase la memoria, aunque éste tardó en encontrar a su pueblo.
Finalmente, Namor pudo reunirse con el pueblo atlante, y fue coronado como príncipe de Atlantis. Uno de sus primeros dictados fue reconstruir Atlantis en su emplazamiento original en el Atlántico Norte, rechazando el lugar escogido por su abuelo. Siendo revelada la existencia del Homo mermanus al mundo de la superficie con el regreso de Namor, los atlantes se vieron sujetos a complejas vicisitudes; no siendo las únicas en el ámbito submarino, como las ambiciones de gobierno de Lord Byrrah, el comandante Krang o el bárbaro líder Attuma.
Durante la última década del siglo XX, los atlantes declararon la guerra al mundo de la superficie, empezando por la isla de Manhattan en Nueva York, sólo para retirarse antes de sufrir ninguna baja. Namor incluso exigió a las Naciones Unidas que aceptasen a Atlantis en su organización, pero ésta petición fue rechazada en más de una ocasión.
Ajeno a esto, Namor destinó células durmientes atlantes en los Estados Unidos, destinadas a enviar información al monarca de Atlantis. Durante l Guerra Civil, y temerosos de que la extensión del Acta de Registro Superheroico redunde en la creación de un ejército de superseres que acabe controlando el planeta, los atlantes se han opuesto al Acta actuando conjuntamente con los gobiernos de otras naciones como Latveria o Wakanda, o interviniendo directamente en territorio norteamericano; además, varios ciudadanos atlantes y un diplomático han sidos asesinados en territorio americano por el Duende Verde, al servicio del gobierno estadounidense. Aún está por ver en que forma afectará el proceso comenzado en Estados Unidos con su particular guerra civil a la población submarina de Atlantis.
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